Hazte una pregunta.
Y sé sincero en la respuesta.
¿Así es como te imaginabas la vida?
Piensa antes de contestar.
No te apresures.
Recuerda primero
cómo eras a tus quince, a tus dieciséis años.
Recuerda aunque no quieras.
Vuelve a sentir esa fuerza en los puños,
como mil amaneceres,
y un sol en cada pupila:
y lo malo, muy malo,
y lo bueno, muy bueno.
Recuerda
todo lo que hiciste
(que no querías)
y todo lo que no hiciste
(cuando podías).
Recuerda cuántas excusas has dado.
Y cuántas más has recibido.
Casi todas falsas,
casi todas.
Ahora, mira a tu alrededor.
Lo que ves, lo has creado.
Lo que no ves, lo has permitido.
Es terrible,
¿No crees?
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De mi libro "Desvanecencias"
ResponderEliminarNadie marcha a tu lado
al momento de la bifurcación final.
A pesar de los ruegos
o el hábeas corpus
aquí se queda lo ganado.
Aunque el destino te otorgue
la gracia de la humildad
y el coraje prudente,
o hayas alcanzado el ritmo exacto
o el temple estoico,
todo te abandonará.
Los años transcurridos volverán al cero.
No llevarás la miel ni la sal,
ni el fervor sumergido
en la memoria de tus huesos.
Todo se reducirá a nada.
Sólo irán contigo
tu esencia humanoide
y tus manos vacías.
anuar bolaños.