jueves, 4 de noviembre de 2010

El cuestionario de una sola pregunta

Hazte una pregunta.
Y sé sincero en la respuesta.
¿Así es como te imaginabas la vida?
Piensa antes de contestar.
No te apresures.
Recuerda primero
cómo eras a tus quince, a tus dieciséis años.

Recuerda aunque no quieras.
Vuelve a sentir esa fuerza en los puños,
como mil amaneceres,
y un sol en cada pupila:
y lo malo, muy malo,
y lo bueno, muy bueno.

Recuerda
todo lo que hiciste
(que no querías)
y todo lo que no hiciste
(cuando podías).
Recuerda cuántas excusas has dado.
Y cuántas más has recibido.
Casi todas falsas,
casi todas.

Ahora, mira a tu alrededor.
Lo que ves, lo has creado.
Lo que no ves, lo has permitido.

Es terrible,
¿No crees?