viernes, 27 de marzo de 2009

jueves, 26 de marzo de 2009

Geología



Recuerda, el gasto total
no supera a las anémonas
ni a los envidiosos del mar

Sólo los delirios de las olas
lo lamentan de verdad,
líquidas lágrimas ellas,
empapadoras de la sal.

Sólo el tiempo reconoce,
convalida los estratos
arenosos sin hablar.

Los geólogos suspiran,
excavan, lloran menos, más.
Envidian a las anémonas.
Les sabe la boca a sal.

(Lloro, soy geólogo
de tu cuerpo y tú eres mi mar).

miércoles, 25 de marzo de 2009

Perdimos en muchas cosas

Hemos estado ahí desde siempre.
Nos han perseguido.
Nos han vituperado.
Recorrimos Europa durante casi un siglo,
como un espectro, como el aire helado.

Hemos estado ahí desde siempre,
y nos han asesinado,
y hemos empuñado las armas,
las las de negro plomo, las de cañón largo,
las del cargador curvo
y las del altiplano;

hemos empuñado esas armas,
y las hemos empleado,
y hemos matado gente
y a nosotros nos han matado;
hemos poblado las cárceles,
y las hemos derribado.
Y las volvimos a construir,
y soplaba el aire helado.

Hemos estado ahí desde siempre.
Y desde siempre hemos luchado.
En nuestras filas había poetas,
había artistas, también soldados.
Había gente normal en nuestras filas,
y también hombres malvados,
y mujeres cuando las mujeres
aún no se habían levantado;

Había mucha gente en nuestras filas
y muchos de ellos lucharon.
Algunos entregaron sus vidas
y a otros se las arrebataron.

Y es que

Perdimos en muchas cosas
y en otras logramos conquistas.
Y no nos rendimos nunca:

Somos los comunistas

martes, 24 de marzo de 2009

Bucles

Bucles
es una palabra pobre
para describir
cuerdas y caracoles.

En tu cabeza se despiertan
destrenzados los albores.
Son auroras con sus notas,
y mis manos
están rotas.



Para qué decir
palabras que son hojas,
si entre rizos y entre versos
van mis manos. Están rotas.

Nocturno

Serena se le tornaba la cara.
Con luces de plata serena.
Como mármol o como el reflejo
De la noche y del agua en la arena.

La luna de compañera.
La noche quieta. Calor.
Serena se le tornaba la cara,
Húmedo el corazón.


Tarde en la noche nochera / su dulce cara serena.

América Latina



Yo no sé qué es lo que pasa
en América Latina.
Los diarios europeos no lo dicen:
pero Evo clama, Chávez grita,
y América entera siente sus grilletes. Son pesados. Se los quita.

Yo no sé qué es lo que pasa
en América Latina.
Yo no sé si lo que dicen
Evo o Chávez es mentira;

sólo sé que hubo un sueño
allá en América Latina,
y que en el sesenta y siete lo mataron,
lo mataron en Bolivia.

Yo no sé qué es lo que pasa
allá en la América Latina.

Pero Chávez clama y Evo grita,
Y se convierten en puños las manos;
porque la gente cree en aquel sueño,
el de los doscientos millones de hermanos.

Nocturno

Tú y yo y la noche,
como el agua salada del mar.
Somos tres cosas juntas
Como la sal, el agua y el mar.

Ven donde pueda verte, niña.
La luna
nos mira ya. Vamos a hacer el amor,
niña, donde no nos pueda ver más.

Piel contra piel en la arena.
Tacto impuro, mineral.
El cielo nos ha sorprendido, oscuro;
porque brillamos en la oscuridad.

El cielo parece asfixiarnos.
No podemos respirar. Pero no importa;
nos basta mirarnos y el mar
siempre sonríe en su mezcla
de noche sal arena y mar.

"Que no se acabe esta noche"
(canta la brisa, en tu pelo).

El derecho de vivir en paz



En Chile lo mataron.
Le quebraron la voz.
Y ni llorar puedo de la rabia,
es tan grande mi dolor.

En Chile lo mataron,
y le quebraron la voz;
y le hicieron cosas innombrables.
Es mejor no hablar de ello.

"Lo asesinó un capitancito, un generalito".
Sí. Pero fue con golpes brutales.
Lo mató para que callara
la voz ronca de los cañaverales.

Lo mataron en Chile.
Le quebraron la voz.
Y las cuerdas de su guitarra
también se partieron en dos;
Y quebraron la voz de Chile.
El país enmudeció.

Oigo sus canciones,
y se me quiebra la voz.
Ni llorar puedo de la rabia: es tan grande mi dolor.

(Él fue comunista, tal vez por eso lo soy yo)


Nocturno

Qué salvajes son tus noches.
Y es que afuera sopla el viento;
pero aquí entre nosotros
fluye el agua y fluye el viento,
y viene el amor como un aire
que me llena y me estremezco.

Qué salvajes son tus noches,
son oscuras de deseo. Son
tremendas tus pupilas,
y tus ojos siempre quietos;
y las noches son salvajes
con tu piel y con tu aliento,
con el rubor granate
del ocaso entre tus pechos,
y el vapor en tus mejillas,
en tus ojos, en tu pelo.

Qué salvajes son tus noches.
Y es que afuera sopla el viento...